Tal vez sea uno de los pocos políticos mexicanos que han sobresalido a través de la historia por su dedicación y compromiso con los menos afortunados, reconocido como “el socialista del mayab” Felipe Carrillo Puerto merece toda nuestra admiración y por esto es que le dedicamos estos reglones.
Fue el segundo hijo de catorce del matrimonio que formaban Justino Carrillo y la señora Adela Puerto. Desde muy pequeño destacó por su interés en la cultura maya, incluso aprendió el maya a muy temprana edad y se comprometió con esta raza la cual consideraba valiosísima y nunca dejo de proteger.
Su primer acto político lo llevo a la cárcel, pues a pesar de no contar todavía con la mayoría de edad, incitó al pueblo a derribar una cerca, construida por los hacendados de Dzununcan para impedir el paso de los indígenas mayas, al poco tiempo fue puesto en libertad. A partir de este momento se gestaba la leyenda del Apóstol de la Raza de Bronce.
En varios años ayuda a los que consideraba verdaderos dueños de esas tierras y creó una cooperativa de carne, se hizo carretero y ferrocarrilero y siempre con la consigna de dar trabajo y ayudar a la gente de la región.
En 1910 figuró como uno de los principales líderes que simpatizaban con los pronunciamientos de Madero, por lo que fue desterrado por el gobierno, pero regresó para ya con el gobierno revolucionario implantar reformas sociales, además de editar el Heraldo de Motul, que entre tantos golpes bajos que se daban en la revolución fue cerrado y clausurado.
De 1911 a 1915 pasaron un sinfín de actividades que sin lugar a dudas lo marcaron, como su nuevo encarcelamiento el cuál duro hasta 1913 cuando Venustiano Carranza se levanta en armas y se encuentra en el sur con los zapatistas, con los cuales tiene una buena relación y lo hacen coronel de caballería y en 1915 forma parte de la tercera Comisión Agraria del distrito de Cuautla.
De regreso a su Estado natal, Yucatán colabora en el gobierno de Salvador Alvarado en la Comisión agraria y es el encargado de la repartición de tierras, en este momento Carrillo Puerto es un decidido socialista. Pero lo que sobresale en esta gestión es la sindicalización obrera en el Estado y la difusión en lengua maya de los derechos de los ciudadanos.
Llega a ser diputado local y Federal sin embargo nuevamente es azotado por los golpes bajos y Carranza lo mando detener y tiene que huir a Zacatecas.
En 1921 la razón se impone y es electo Gobernador de Yucatán y su primer discurso con este grado lo hace en lengua maya. Recibe el gobierno en estado de caos, sin embargo en escasos veinte meses de su gestión tanto él como su partido realizaron una intensa actividad en beneficio de sectores desposeídos y más necesitados de la sociedad yucateca: Reactivó el reparto de tierras, instauró la llamada educación racionalista, repartió las llamadas tarjetas rojas que significan la pertenencia al Partido, tradujo al maya la Constitución de 1917 (ya había traducido la de 1857). Fundó la Comisión Local Agraria; socializa la producción de los ejidos; estableció los bautizos socialistas y las bodas comunitarias, así como la promoción del control natal. Fija el salario mínimo en la ciudad de Mérida creando cooperativas de producción y consumo; inició programas de socialización de la riqueza pública, instituyó la Universidad Nacional del Sureste, hoy conocida como la Universidad Autónoma de Yucatán; fundó la Escuela Vocacional de Artes y Oficios, así como la Academia de la Lengua Maya. Instituyó los lunes culturales.
Otros datos destacados de esta gestión fueron los derechos otorgados a la mujer para poder votar y ser electas, situación que no existía en ningún lado del país. Impulsa la construcción de carreteras. Promulga leyes de Previsión Social, del Trabajo, del Inquilinato, del Divorcio, de Expropiación por causa de utilidad pública y de Revocación del mando público de los funcionarios de elección popular, cuando fuera solicitada por el mismo pueblo.
Por otro de los casos que se le identifica mucho es el gran combate al laconismo, y el servicio médico y jurídico gratuitos. También apoyó la exploración de las ruinas mayas. Organizo la Comisión Exportadora de Yucatán, impulsó la Liga de Medianos y Pequeños Productores de Henequén. Finalmente, fue derrocado por la rebelión delahuertista, quien por supuesto lo mandó fusilar al igual que a sus colaboradores en 1924, pues era demasiado progreso y podía ser una epidemia que alcanzara a todo el país y los eternos intereses de los políticos mexicanos y sobretodo de la Casa Blanca no lo iba a permitir.
Tres años después este gran mexicano fue declarado Benemérito de Yucatán, hoy se extraña un político como él.
