México Lindo y Querido
México Lindo y Querido
En el siglo pasado, un noruego llamado Jacob Hanson llegó a Baja California prácticamente como un ermitaño, y adquirió una propiedad en la zona central de la Sierra de Juárez, donde estableció un rancho con el objeto de criar ganado de calidad.
Sé que, desde los más variados ángulos y circunstancias, escribir hoy de dioses no es sabio para un antropólogo serio. No soy ni lo uno ni lo otro, y sucede que yo, sin decírselo a nadie, hablo casi todos los días con los dioses, sin dejarme de considerar un hombre normal. No lo digo a nadie, naturalmente. Hoy, desde el silencio y tranquilidad de mi hogar, te lo digo a ti, que vas volando entre ángeles.
No viene al caso señalar los defectos de los campechanos, que son muchos, como corresponde a toda comunidad tropical heredera de una tradición que le permite vivir a costa del recuerdo; pero tampoco está de más mencionar que los alegres descendientes de una pintoresca mezcla de indígenas, comerciantes y piratas cultivan algunas virtudes singulares que, en el plano político, les han proporcionado siempre una estabilidad envidiable.
Desde hace mucho tiempo se ha venido contando de generación en generación y todas lo han creído al pie de la letra, en que la peña del Valle de Bravo hay enterrado un valiosísimo tesoro.
Se dice que hace algunos años en la ciudad de Mérida, Yucatán, habitaba una mestiza con su primogénito y una perra, la mujer era pobre y no contaba con agua, así que todos los días se dirigía a un lejano pozo con cantaros y llenarlos de agua.
Nuestros ancestros nos enseñaron como nacen cuentos en Ocozocoautla, Chiapas.
Se dice que un pequeño zacapoaxtla se encontraba en los fuertes y los soldados llegaron y querían subir a los árboles para ver la posición de los contrarios pero eran frágiles y no podían ascender a los árboles para ver la posición del enemigo.
