Leyendas mexicanas
En el pueblo de El Liberal, municipio de Teloloapan, vivía un señor llamado Otoniel. Éste era un campesino que se dedicaba a la siembra de maíz, calabaza y frijol, y a cuidar unas pocas cabezas de ganado vacuno y caprino que tenía. En una ocasión, cuando estaba arando su tierra para sembrar, vio que algo brillaba con el sol. Se acercó para ver qué era lo que había visto relucir y vio entonces que era un gusano de oro puro, de unos treinta centímetros de largo aproximadamente. Pero este gusano estaba vivo, y caminaba arrastrándose por el suelo.