Zonas Arqueológicas de México
La Zona Arqueológica de Balamkú es una oportunidad de convivir con la naturaleza mientras recorre esta interesante ciudad prehispánica.
La Zona Arqueológica de Balamkú es una oportunidad de convivir con la naturaleza mientras recorre esta interesante ciudad prehispánica.
La cosmogonía prehispánica era tan completa que existían diversos espacios sagrados después de la muerte uno de ellos era el Tlalocan o también conocido como el paraíso de Tlacoc.
El primer reporte científico sobre la existencia del sitio, fue presentado por el antropólogo norteamericano Alden Masón en el año de 1948; cuatro años después Charles Kelley, con un grupo de estudiantes de Universidad de Chicago, inició los primeros trabajos de investigación, a raíz de los cuales extrajo múltiples piezas arqueológicas y redactó tres ensayos.
Ubicada en la parte central de la Península de Baja California, esta zona muestra un conjunto de pinturas rupestres pertenecientes al estilo Gran Mural.
Se cree que la zona arqueológica de Cacaxtla fue capital del pueblo Olmeca-Xicalanca, posiblemente descendientes de los olmecas o de los mayas que llegaron a la región central de México provenientes de la costa del Golfo de México o de la Península de Yucatán alrededor del año 400.
Son más de 500 zonas arqueológicas los que se encuentran en todo el territorio zacatecano, de las cuales destacan La Quemada y Altavista.
La estructura principal de Hochob es una de las más representativas del área maya de los Chenes; la cual se encuentra ricamente decorada con la presencia de unas fauces serpentinas que se complementan con un ancho mascarón frontal superior para dar a esta portada el aspecto de una boca monstruosa, al contemplar estas gigantescas fauces acude a la mente una de las advocaciones de Itzamná "la serpiente que absorbe o traga"; George Kubler habla del posible "descenso del monstruo celeste".