Leyendas mexicanas de terror
Cuenta la leyenda que todo esto ocurrió en la Costa Grande de Guerrero.
Cuenta la leyenda que todo esto ocurrió en la Costa Grande de Guerrero.
-Deme otro atolito, mamá Rita, pero bien caliente; ¿usted quiere otro compa? -Si compadre; y póngale bastante canelita, mamita, que así me gusta más.
Hasta hace algunos años existía, a corta distancia de lo que hoy es el centro de la ciudad, una estrecha callejuela conocida con el nombre de Callejón del Diablo.
Corría el año de 1968…La noche cayó desfallecida sobre las empedradas calles del barrio de Cantarranas. No había más señales de luces que las luciérnagas como faroles diminutos, casi inapreciables.
Hace mucho tiempo que Suruán, (llamado también Taretzuruán) un hermoso cerro de la Meseta Tarasca, que tiene la apariencia de un murciélago, fue a visitar a Marijuata, un cerro cerca de Paracho, para pedirle que contrajera matrimonio con él, y a cambio le proporcionaría mucha agua.
En la historia mexicana contemporánea se han escuchado muchas leyendas urbanas de terror, las cuales nos recuerdan que algunos de los no vivos siguen rodeándonos.
Siendo una noche como todas, pero en especial, ésta era una noche un poco más fría, más obscura, cerca de la 1 de la madrugada, un taxista regresaba a su casa después de todo un día de arduo trabajo, en la calle ya no había ni alma de gente, pero al pasar frente al cementerio general de la ciudad se percató que una chica le hacía la parada, éste se siguió pensando que ya estaba muy cansado y que era muy tarde para hacer otra dejada.